Belluno
By Fernando Rodriguez Villegas
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En Belluno para el bendito PET. Casi cuatro horas de tren desde Trieste. Lindo paisaje de montaña, nieve en las cimas a lo lejos.
Belluno bonita en el sol brillante y el aire límpido. Claramente del Veneto, extraño Venezia en las montañas. Piazza dei Martiri antes fuera delle mura de la ciudad. Un cono de nieve sucia a la sombra de unos árboles en la plaza. Piazza arcuata, edificios en curva a 92 m de la muralla, dos metros mas que el alcance de los arcabuses de la época. O al menos esa es la historia que cuentan. Nombre celta, fundada cientos de años antes de Cristo.
Un lindo almuerzo, vellutata di patate con mazzancolle (parecido al camarón pero mas grande y del Adriatico), panna cotta con coulis de lamponi, café.
En la oficina de turismo agarré un mapa de Belluno y un folleto. Pregunté como llegar al hospital y me dijeron que tome la línea rosa de bus, cerca de la estación, algo sobre el semáforo. Me llamo la atención que fuera un punto de referencia el semáforo. Pero al cruzar la calle esperé como hacían todos, no jay walking here, y tomó horas. Perdí un bus que igual se llenó de chicos que salían del colegio. Los vi subir de a montones desde lejos, del otro lado del semáforo. El próximo bus era en media hora. Decidí esperar.
De golpe empezaron a llegar cientos de adolescentes que caminaban hacia la estación. Algunos quedaron en la parada donde yo estaba. Como bandadas de pájaros, caminando con determinación, en grupos, algunos fumando o vaping, algunas mechas de pelo azul o verde, grupos de muchachos en gran sintonía de testosterona. Pensaba en como sería cada uno, los populares, los bullyers, queriendo marcar su territorio, queriendo pertenecer.
Imaginé que el bus otra vez estaría repleto y me fui a la estación a buscar un taxi.
Había en efecto un taxi, uno solo. Sin el taxista. Llamo al número que encontré online. Nadie responde. Espero, pensando que hacer. En eso llega el chófer que estaría tomando un cafe. Subo del lado derecho como sugerido (piu spazio me dice), el piso todo cubierto de diarios (por la nieve en los zapatos?)
Le pregunto sobre los pibes. Efectivamente liceo, son para toda la provincia, 5000 alumnos, 30 buses, todo los dias.
Llama alguien y escucho toda la conversación, quiere arreglar para mañana, quizás también va al hospital, tiene algún appointment. Le pregunta si era el taxista de Belluno, si recuerda que lo llevó hace unos dias. Si, recuerda, dice, quien sabe pienso ahora. Quizás sea efectivamente el único taxista de Belluno de hecho. El que llamó parecía nervioso que no estuviera el taxi mañana, la conversación mucho mas larga de lo necesario. El taxista cortés pero ya quería colgar.
Diez euros. Pagar con la tarjeta? Si estoy dispuesto a esperar 15 min a que arranque la machinetta. Le digo que lo llamaría al salir del hospital para la vuelta.
Los buses los había notado al bajar del tren. Pensé que serían para turistas, excursiones, habiendo tantas montanas. Todos estacionados en un gran espacio saliendo de la estación. Espacio rodeado de negocios que me hacían acordar a estaciones de bus de Argentina, la de Retiro o Necochea. Un ambiente algo misterioso, negocios que no tienen que hacer mucho esfuerzo apara atraer clientes. Ya están ahí.
Me preguntan solo la altura y el peso, ni siquiera que muestre la tessera sanitaria. Espero que me inyecten el fármaco. Suero en la vena. Radio Montecarlo, la radio italiana, un clásico.
Todo el mundo muy amable. El enfermero me dice al ponerme la sonda: Voi di Trieste avete una marcia in più. No se en reacción a que exactamente, algo que hice o dije al arremangarme la camisa y el sweater. Vivillos urbanos?
Espero a que el fármaco se distribuya por el cuerpo. Me pide el enfermero una cortesía, que cuando haga pis lo haga sentado. Me preguntaba porque, algo sobre la presión en la vejiga? En realidad, teniendo pis radioactivo mejor que no vaya por todos lados, sobretodo el de estos hombres con problemas de próstata y control de la vejiga dudoso.
El médico me pregunta donde queda mi casa cuando chequea donde vivo, asiente cuando le explico. (Que linda la gran ciudad sobre el mar pero no cambio Belluno por nada del mundo, no señor.)
Para el examen acostado con los pantalones en los tobillos. La camilla de la maquina se mueve para atrás y para adelante ubicando distinta partes del cuerpo debajo del gran doughnut que emite los protones. Inmóvil por mas de 40 minutos. Duró mas de lo usual me dice la técnica porque el Doctor tenía un dubbio; mi caso parece siempre generar dudas. Me picaban los ojos en un momento y resistí el imperioso impulso de rascarme. Creo que me dormí un rato. La mente me giraba con la historia de Wild Palms de Faulkner que estuve leyendo en el tren, el golpe perentorio a la puerta una noche, la mujer de los ojos amarillos, la casa en la playa, la olla con el gumbo.
Gran discusión de como me mandan los resultados. El medico ofrece hacer el referto cuando termine el examen si tengo la paciencia de esperar. Espero. No tarda mas de media hora y esta entre sorprendido y aliviado que grabar las imágenes en el diskette fue rápido y sin problemas técnicos.
Tengo tiempo de llegar a uno de los últimos trenes (con dos cambios) que llega a Trieste cerca de las 11pm. Saliendo del hospital llamo al taxista que no contesta. Decido caminar a la estación que resultó estar a solo cinco minutos.